Cómo es tener problemas mecánicos en tu casa vehículo y estar lejos del entorno conocido.
Hace poco más de un año que vivimos/viajamos en nuestra kombi Iubirí. Ni Cami ni yo sabíamos nada de mecánica. Bueno, una vez había cambiado un fusible, pero creo que eso cuenta. Varias personas nos han catalogado de “kamikazes” y si bien no me divierte mucho, entiendo su punto de vista. El nuestro es que siempre se puede aprender algo nuevo. Y por supuesto que una de nuestras principales máximas es: la magia acontece, en cada segundo. Hay un poema de Borges que dice “…no hay un solo acto que no corra el albur de ser una operación de la magia. No hay un solo hecho que no sea el primero de una serie infinita.” Con esto quiero expresar que nada es tan difícil y si bien los “problemas” parecen enormes cuando suceden, sabemos que casi todo tiene solución. En este tiempo que llevamos rodando, no habíamos tenido mayores inconvenientes mecánicos (salvo con el accidente del año pasado). Sabiendo que siempre de alguna u otra manera podíamos reparar las cosas.
El tema es que cuando entramos a Chile, empezamos a tener problemas en la kombi. Varios amigos virtuales y “de carne y hueso” nos dieron hartos consejos (estamos muy agradecidos por ello) y poco a poco fuimos conociendo mecánicos (cinco para ser exactos) hasta que conocimos a Don Luis, que desarmó un montón de cosas y con mucha paciencia probó cada una hasta que la kombi anduvo mucho mejor que antes.
El problema de estar lejos es no saber a donde recurrir o tener que dormir en la kombi cuando está levantada varios grados y pasar la noche casi cayéndonos pero no tener otra opción, como lo que sucedió en Osorno. Cuando estamos en nuestra zona de confort, podemos recurrir a casas de amigos, establecer una relación de confianza con el mecánico y sobre todo, no tener demasiado apuro por solucionar los inconvenientes.
Algo a tener en cuenta, son los 90 días que nos dan de visa de turista para abandonar el país. Es muy importante no pasarse de esa fecha. Ojo, no son tres meses, son 90 días. Por eso mismo, siempre estamos apurados en solucionar todo porque el tiempo limita.
Lo extremadamente positivo es que casi siempre, nos ayudaron aún más porque estamos viajando. Es bueno darse cuenta que la gente siempre te da una mano. Las kombis tienen "eso" que junta gente buena, las junta con las mejores intenciones. En casi todos lados hay clubes de kombis o alguien que tuvo alguna, o quiere tener, o conoce alguien que tiene. Al menos esa es nuestra experiencia. Estamos eternamente agradecidos a las personas que nos ayudan siempre que hemos estado “en pana”, como dicen acá en Chile. Puede ser que sea más difícil, pero les aseguramos que cuando el problema es grande, la solución es gigante y está a la vuelta de la esquina.
Un poco por eso hacemos este pequeño artículo, porque queremos alentarlos a salir a viajar. ¿Van a tener problemas con la kombi? Y, casi seguro que si. Pero, también estoy casi seguro que lo van a poder solucionar y de cada situación, si se lo permiten, van a poder aprender. Desde mecánica hasta cuestiones sociales, culturales o de las que se les ocurra. Nosotros nos animamos a meter mano en el motor aún sin saber casi nada. Hay un libro muy interesante que es el Manual para idiotas. Gracias a el, y a los consejos de mucha gente pudimos hacer alguna que otra cosa en nuestra Iubirí y además entender lo que los mecánicos nos estaban diciendo. Esa es otra muestra de que se puede. Si se animan, se puede. Yo hace un par de años atrás ni loco imaginaba calibrando válvulas. Por eso es tan importante observar y permanecer encima del mecánico cuando hace las cosas, preguntar y estar en cada detalle para APRENDER (como siempre, tan importante en todos los ordenes de la vida).
Otra cosa que ayuda mucho es andar cargando algunas herramientas y repuestos básicos. Eso nos ayudó por ejemplo, a solucionar nosotros mismos cuando se nos cortó la correa del alternador (es una correa fundamental para que funcione la kombi). En ocasiones, el sitio donde se puede romper la kombi tal vez no tenga los repuestos necesarios para solucionarlo, por lo que hay que mandar a pedir y hasta que llega, pasan varios días (volviendo a ser fundamental el límite del tiempo).
Vamos gente, el límite se lo ponen ustedes. Nosotros nos animamos y como siempre decimos, vamos por más. El paso más dificil es el primero. Estos días nos hemos cruzado con personas que están a punto de salir a rodar. Un poco por ellos, otro poco por los que no conocemos pero están en la misma, les decimos… ¡SALUD Y LARGA VIDA A L@S VIAJER@S! Esos locos y locas soñadoras que no se quieren quedar quietos y tienen las cosquillitas de hormiguitas viajeras dentro de su sangre. ¡¡¡PURA VIDA GENTE LINDA!!!